Los mediocres no quieren que los demás…
Para los mediocres, todo aquel que salga de la mediocridad supone una amenaza directa ya que piensan que algún día pueden quitarle su puesto, así de triste es…sin tener en cuenta que precisamente el objetivo de un buen líder es estar comprometido con el crecimiento de su equipo, incluso aunque su talento le supere.
Aquellos que consideran que la información es poder o que el trabajo en equipo y la vocación de servicio pueden pasar algún día factura, están muy equivocados. No hay nada que haga más fuerte a un líder que saber desarrollar a su gente y permitir que crezcan sin límites.
En muchas organizaciones encontramos gente recelosa por las nuevas incorporaciones, por las promociones internas o por los logros profesionales de gente de su departamento. Supone un gran error ya que cuanta más responsabilidad se tiene dentro de una organización, más exigencia de gestión y desarrollo de equipos se espera del profesional y menos de los resultados individuales. Por tanto, no nos preocupemos tanto por nuestro asiento y más por el desarrollo de nuestra gente. Esa será la forma en que la empresa siga confiando en nosotros como responsables.
Un abrazo y buena semana.
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Los mediocres son como los enanos de Monterroso: se identifican, entre ellos, a primera vista