Las personas no nos resistimos al cambio…
No puedo estar más de acuerdo con Peter Senge.
Efectivamente nos resistimos más a ser cambiados. Y por qué? pues porque el protagonista del cambio, cuando somos cambiados, no somos nosotros.
Un ejemplo claro es cuando me cambio de trabajo voluntariamente en relación a cuando soy despedido. En ambos casos el cambio es «cambio de trabajo» pero en uno lidero yo la acción y en el otro la lideran otros. También lo podemos comprobar cuando cambiamos voluntariamente de pareja o cuando por el contrario, nos dejan.
En coaching definimos estos dos sucesos como cambios buscados y cambios encontrados.
La diferencia entre ellos es radical. Y digo radical porque todo cambio lleva unos costes asociados a dicho cambio, esos costes marcan la diferencia de forma drástica en la forma en que los afrontamos, haciendo que la experiencia sea grata o muy desagradable.
Cuando hablamos de cambios buscados (los más recomendables) vienen acompañados de MOTIVACIÓN, ya que son unos cambios que hemos decidido afrontar de forma libre, los hemos planificado y los vamos a acometer a nuestro ritmo. En este caso el coste asociado a dicho cambio lo asumimos desde una perspectiva positiva y productiva.
Sin embargo, en el otro extremo están los cambios encontrados que irán siempre acompañados de RESISTENCIA y cuyos costes asociados son mucho más incómodos ya que la decisión no fue mía, sino de otros.
Comienza con la negación de la situación y finaliza con la aceptación.
El problema de esta sucesión de sentimientos o emociones es que nos podemos quedar enganchados en alguno de ellos y no avanzar, por ejemplo en la rabia y enojo (quedándonos anclados en el rencor y resentimiento), o por ejemplo en la tristeza o depresión, donde necesitaremos ayuda profesional.
Al final de esta cadena de acciones encontramos la aceptación, que es el estado último que nos permitirá sobrellevar con equilibrio el cambio. Hasta este punto, tendremos que pasar por una serie de experiencias que no serán fáciles si no las abordamos desde la responsabilidad.
Por tanto, en la vida personal y profesional os recomiendo que siempre aspiremos a cambios buscados y en el caso de que no pueda ser y nos sorprenda un cambio encontrado, lo convirtamos en un cambio buscado y desde ahí, actuemos. Es decir que si nos tiran del trabajo o nos deja nuestra pareja, encontremos en el cambio un motivo de aprendizaje y construcción de un nuevo escenario que nos permita crecer afrontándolo de forma proactiva y responsable.
Para vivir de cambios buscados y evitar los cambios encontrados os sugiero que pongáis en práctica lo siguiente: Responsabilidad y protagonismo en tus acciones, participación y búsqueda de consenso, elevada comunicación (dar y pedir feedback), generosidad en las acciones (poner el foco en el otro a la hora de decidir), reflexionar y planificar las acciones y sobre todo mucho diálogo y amor.
Buenos días y buena semana.
