«Juan es un pelota!, el ascenso era mío y no entiendo por qué no me lo han dado». Es muy habitual encontrar compañeros de trabajo abonados a frases como estas. Sin duda se trata de un tipo de lenguaje tóxico que a nadie conviene, ni a ellos ni a nosotros.
En muchos casos estamos ante un uso indebido de las inferencias, pero, ¿qué es inferir?
Inferir es extraer un juicio o conclusión a partir de hechos, proposiciones o principios, sean generales o particulares
Es decir, que inferir es inventar, a nuestra conveniencia, a partir de hechos. En sí no es malo siempre y cuando no demos a esa inferencia más protagonismo en nuestras vidas que una mera fantasía, sin embargo para todos los demás casos inferir no es la mejor opción.
El problema que encontramos en las sesiones de coaching es que generalmente el cliente no es consciente de esta situación. Él no se da cuenta que está infiriendo y por tanto no es fácil avanzar. Para ello contamos con una herramienta que le permite tomar conciencia de la capacidad que todos nosotros tenemos para inferir. Dicha herramienta es la Escalera de las Inferencias.
Esta escalera cuenta con 6 peldaños que subimos en décimas de segundo (y varias veces al día). Es algo a lo que estamos muy acostumbrados, que no nos cuesta esfuerzo alguno y con lo que nos sentimos muy, muy, muy cómodos.
Fuente: EEC
Veamos a través de un ejemplo, el impacto que tiene en «nuestra realidad» el ascenso a dicha escalera.
Vayamos peldaño a peldaño:
1.- Hechos: «Juan y yo trabajamos en la misma empresa. Han anunciado un ascenso. Juan y yo tenemos el mismo jefe». Los hechos son aquellas cosas que ocurren, es decir, que se pueden comprobar fácilmente (Nómina, organigrama…).
2.- Selección de Hechos: «Últimamente mi jefe me da mucho la enhorabuena. Por otro lado, veo que Juan entra mucho en su despacho al final de la jornada». De todos los hechos de los que somos testigo, es una condición natural la de elegir los que alimenten nuestra creencia, es decir, la de víctima. Con esta selección estamos cómodos y con ella nos sentimos reforzados.
3.- Interpretaciones: «Si va tan a menudo a su despacho al final de la jornada, seguro que le está haciendo la pelota para que le dé el ascenso». Un paso más allá de la selección de hechos es su interpretación. Ya no sólo seleccionamos sino que comenzamos a aportar subjetividad al suceso, ya que al interpretar estamos dando nuestro ‘sentido’ a aquello que decimos.
4.- Juicios / Opiniones: «Juan es un pelota, un oportunista y un trepa. Le da igual a quién pisar siempre que sea para conseguir lo que busca». Cuando hablamos de juicios y opiniones estamos ‘declarando’ algo que consideramos ‘la verdad’, sin entender que es ‘nuestra verdad’. El nivel de subjetividad aumenta con cada peldaño ascendido. (Podemos profundizar más en el tema de ‘Los juicios’ en el siguiente post: «Júzgame y háblame de ti»)
5.- Creencias: «Todos aquellos que luchan por un ascenso son unos trepas y no tienen escrúpulos. Siempre que puedan te la juegan». Las creencias son un tipo de juicio hondamente arraigado, en un plano normalmente subconsciente, que procede muchas veces de la infancia y que hace que actuemos en una determinada dirección. Cuando vivimos un juicio durante mucho tiempo, se convierte en creencia.
6.- Acciones: «Me voy a quejar a todos mis compañeros y familiares para que sepan qué poco justa es esta empresa y cómo se las gasta mi compañero Juan». Las acciones que acompañan a las creencias (limitantes) suelen ser nocivas al carecer de objetividad y rigor. Estas acciones generan desunión en los grupos y ambiente tóxico.
Entonces…¿Cómo podemos evitar subir esta escalera?
En las sesiones de coaching utilizamos estas técnicas para facilitar al cliente la ‘toma de conciencia’ sobre la situación inferida y acompañarle a que BAJE LA ESCALERA peldaño a peldaño:
– ¿Para qué estoy pensando así?: Nos debemos preguntar para qué estamos infiriendo de esta manera, qué sentido tiene para nosotros suponer, juzgar y opinar como lo estamos haciendo. Si la reflexión es acertada, quizá nos sorprendamos al reconocernos en un papel de Víctima y con la única intención de ‘dar pena’, ‘justificar nuestra situación’, ‘ganar protagonismo’, etc…
– Revisar el estándar: Revisar el estándar permite asegurar que todos hablemos de lo mismo. ¿Qué entiendo yo por peloteo? ¿qué entiendo yo por hablar con un jefe al final de la jornada? ¿qué significa que un jefe me dé la enhorabuena?
– Cambiar el dominio: ¿Qué pasaría si a tu hermano o a tu mejor amigo en la empresa, le vieras entrar en el despacho de su jefe al final de una jornada? ¿También pensarías que están peloteándole? Sacando al cliente de su dominio conseguimos enfrentarle a su creencia particular y ver la situación en otra persona, quizá no tan odiada, y por lo tanto puede reaccionar con sorpresa y reconocimiento de lo sucedido.
– Preguntar / cotejar: Sirve para contrastar formas de ver las cosas. «Oye, cuando ocurre esto, siento aquello. ¿A ti también te ocurre?». «Para ti, ver a Juan entrar en el despacho del jefe a última hora, ¿te sugiere algo?»
– Fundamentar el juicio contrario: Permite que el cliente confirme si el juicio está bien fundado a través de colocarle en la posición opuesta. «¿Conoces a alguien que haya conseguido un ascenso y no haya sido un pelota?» «¿Se te ocurre alguna forma de ascender sin ser trepa?»
– Revisar hechos del pasado: Cuando un juicio se ha convertido en una creencia, es fácil que el cliente encuentre situaciones y ejemplos del pasado que lo avalen, ya que precisamente esas experiencias (vividas solo por él) han fundamentado dicha creencia. En estos casos se trataría de identificar qué comportamientos COMUNES le ofrecen todas esas situaciones que tienen tanto peso en el presente.
Por tanto, debemos ser conscientes de lo rápido que subimos la escalera y de lo difícil que es bajarla, ya que bajarla significa ‘eliminar subjetividades’ que nos permiten estar en nuestra zona confort.
Un abrazo!
Cookies de análisis o medición. Son aquellas que permiten al responsable de las mismas, el seguimiento y análisis del comportamiento de los usuarios de los sitios web a los que están vinculadas. La información recogida mediante este tipo de cookies se utiliza en la medición de la actividad de los sitios web, aplicación o plataforma y para la elaboración de perfiles de navegación de los usuarios de dichos sitios, aplicaciones y plataformas, con el fin de introducir mejoras en función del análisis de los datos de uso que hacen los usuarios del servicio.
Cookies de publicidad comportamental. Son aquellas que almacenan información del comportamiento de los usuarios obtenida a través de la observación continuada de sus hábitos de navegación, lo que permite desarrollar un perfil específico para mostrar publicidad en función del mismo.
Cookies para publicidad de terceros. Son cookies almacenadas por terceras empresas. Nos permiten ofrecer publicidad personalizada fuera de nuestra página web. Si aceptas estas cookies, aceptas que se pueda tratar por terceros tu información y la recabada a través de estas cookies para la realización de un perfil comercial y poder realizar ofertas online personalizadas.